sábado, 2 de enero de 2016

Cobarde.



Todo podría a ver sido muy diferente si aquel día no hubiese sido una cobarde, pero seria egoísta.

Aquel día bajo la lluvia, por más que quiera e intente olvidarle, me es imposible.

¿Y si no la hubiese abandonado? Seguiría junto a mí, si, pero la iría destruyendo poco a poco, haciéndole sufrir.

Le prometí que siempre estaría junto a el, y la promesa la incumplí.

¿Que hubiese sido mejor? Seguir luchando o resignarme a él eran mis únicas opciones, y elegí resignarme como el cobarde que soy.

No hay un solo día que no esté en mi mente, a cada segundo veo sus ojos, tristes, mirándome con decepción, mientras las lagrimas corrían una tras otra por su cara.

No estoy segura de que mi elección fuese la correcta, pero cada vez que pienso en todas las lágrimas que derramo por mi culpa, me convenzo de que fue la mejor.

El tiempo pasa, y yo con él, y cada vez me encuentro más sola. Soledad, ¿Cómo se puede estar rodeado de personas y sentirse tan solo?

Preguntas y preguntas se me acumulaban, y todas sin respuesta.

Los días, uno tras otro pasan, mientras que yo los deseo un buen viaje con la mano.

Cada día me arrepiento mas y mas de mi decisión, si hubiese tenido las agallas suficientes, estaría junto a el, la única persona que con solo mirarla me sacaba una sonrisa, sintiéndome la persona más feliz del universo.

Pero las cosas no ocurrieron así, la realidad, la triste realidad, es que no está conmigo.

Todo podría haber sido muy diferente si aquel día no hubiese sido un cobarde.